martes, 17 de marzo de 2009

Entrevista a José Eusebio Caro

Entrevistador. Nos encontramos con el profesor José Eusebio Caro, gran poeta y filósofo colombiano. Profesor, muy buenos días.
José Eusebio Caro. Muy buenos días.
E – Para entrar en materia es necesario hablar de sus primeros escritos.
J – Sí, adelante.
E - Cuando se habla del Ser como lo que se ofrece a la curiosidad del niño, del ignorante o de los salvajes, hasta lo que ocupa la atención del sabio ¿cómo se podría llegar a clasificar ese Ser que no es tan indiferente para todas las personas?
J – El Ser puede tener esta gradación: el yo, los hombres, los animales, las plantas, la materia inanimada y Dios.
E – Al respecto del hombre usted presenta una clasificación, o más bien una subclasificación de éste.
J – Sí, como no, el hombre inanimado que se refiere al espectáculo que presenta el cuerpo humano a la apariencia exterior y al estudio del sistema muscular y vasoso. Y para el ser animado del hombre se toma ante todo la actividad humana y la clasificación de las facultades específicas: fuerza, potencia, instintos, inteligencia, entre otras.
E – Ahora bien, pasando a un plano ético usted toca un tema sobre el bien y el mal, háblenos un poco más de eso...
J – Sí, sí. Me refiero a ellas como la ciencia del bien y el mal, en las cuales expongo las leyes naturales en virtud de las cuales el bien absoluto se va desarrollando en el mundo y en las historia en medio del conflicto de los intereses relativos, éstos tienen un orden abstracto como concreto y práctico.
E – Cuando nos habla de concreto y práctico ¿nos es lo mismo?
J – No. Como ciencia concreta presenta la historia efectiva del desarrollo del bien y el punto al que ha llegado; como ciencia práctica determina los medios más adecuados a su desarrollo según las pautas más trazadas por la especulación previa.
E – Profesor ¿qué sistemas filosóficos tiene como referencia para el desarrollo de esta ciencia?
J – Algunos como el estoico, el epicúreo, la filosofía de la naturaleza de Juan Jacobo Rosseau y de la Ilustración con Adam Smith, que identifica el bien con el amor y el mal con el odio; el metafísico, identificado con el espiritualismo de T. Jouffrey que hace consistir el bien en el orden y el mal en el desorden.
E – Parece bastante cimentado
J – Sí, pero ésos son algunos, pues también echo mano del intelectualismo ético de Sócrates, el cual identifica el bien con la verdad y el mal con el error; el poético que ve el bien en la belleza y el mal en la fealdad.
E – Pero, profesor todos esos recursos parecen estar en un orden bastante anterior a su época ¿cuál es una de las bases más recientes de la ciencia del bien y del mal?
J – Sí, como no. En cuanto a esta clasificación hago alusión a la teoría utilitarista y edemonista, quien distingue entre bienes y males, positivos y negativos, partiendo del error de confundir el bien con el placer y el mal con el dolor.
E – Pero ¿eso no va encontra del epicureísmo en que usted se basa?
J – Sí. Pero esa doctrina es una referencia de las muchas que tengo. Personalmente me inclino más por una clasificación de bienes y males necesarios y no necesarios: presentes, pasados y futuros, los primeros; posibles o imposibles, los segundos.
E – Pasando a un plano mucho más concreto ¿qué propuesta tiene para la juventud colombiana?
J – Pues bien. Este mismo utilitarismo o principio de utilidad, el cual es una regla que clasifica de buenas o malas, de virtuosas o criminales las obras humanas, en vista del resultado definitivo de placer o de pena que puesto todo en cuenta recoge la humanidad en general. En una palabra, el principio de utilidad hace consistir la moralidad de las obras de los hombres en los resultados definitivos de placer o dolor que ellas producen.

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